Para mí, la cúspide de la condición humana es la frugalidad
y la eficacia. Frugalidad es evitar la exageración; eficacia es hacer las cosas
de manera contundente y directa.
Carlos Castaneda
Antiguamente en la India, un
practicante de Yoga no era aceptado hasta que, durante un periodo de 2 años por
lo menos, no era capaz de observar y
restringir las oscilaciones de su mente.
Debía observar su conducta ante los demás y ante sí mismo.
Eso proporcionaba una línea general de conducta y servía de base
para un código ético de conducta entre profesores de yoga y entre éstos y sus
alumnos.
Toda moralidad existe para el yogui en función de la liberación, que es el único bien absoluto.
Los Yamas y Niyamas conforman la guía ética del yoga.
Yamas
— Niyamas
La persona común es incapaz de aislarse de forma absoluta de su entorno.
Por esta
razón, en los Yoga Sútra se recomienda una línea de sentimientos a desarrollar
ante distintas actitudes de los demás que pueden presentarse y afectar al
yogui.
La mente
se pacifica produciendo,
amistad,
compasión,
alegría y
ecuanimidad
hacia
situaciones de
felicidad,
desgracia,
mérito y
demérito,
respectivamente.
El yoga no dispone de un orden moral estructurado
“desde fuera”, pero sí proporciona una línea general de conducta ante los demás
y ante uno mismo.
YAMAS
(principios universales)
Las restricciones son:
abstenerse
de causar daño,
de mentir,
de robar,
de placeres sensuales y
de riquezas
NIYAMAS (preceptos individuales)
Las Observancias son: limpieza interna y externa, contentamiento, ascetismo, estudio de si mismo y devoción al Ser supremo (entendido como calidad de acción) |