martes, 24 de marzo de 2015

EL HÁBITO DE LAS COSTUMBRES


 Estemos atentos para cambiar el lugar de la mirada, para ver y percibir dentro de otro campo diferente del habitual. Controlemos la conducta para desviar la inercia de la voluntad acostumbrada a lo ya aprendido. Recuperemos de esa forma el control verdadero de nuestras decisiones y actos dejando de buscar motivos en el pasado que los justifiquen. 
 El pasado sólo debería servir para buscar puntos de referencia, nunca debería existir para justificar. Con las justificaciones seguiríamos atados a él y ocuparía un espacio necesario para nuestra vida de hoy. Entendamos con él nuestra fuerza y estemos activa y permanentemente alerta en espera de las manifestaciones de las posibilidades de cambio.
Inma Ibáñez

1 comentario:

  1. Normalmente es así, el vicio de la costumbre nos acomoda a un ritmo conocido y fàcil; el gesto cambiante y sorpresivo requiere de nuestra energia y atención sincera; eso cuesta, eso agota, si? Pero sin embargo dejamos la piel en tejer (genial la foto de la niña que controla al ratón tejedor) una realidad de la cual no somos plenamente libres en la decisión de participar. En pocas ocasiones somos libres y responsables de nuestro propio futuro y argumentamos la falta de tiempo, de energia, de dedicación a lo que justamente nos llenaria de alegria. ¿Qué hay mejor que ser autores y protagonistas de nuestra propia historia? ¿Por qué dejar nuestra voluntad en otras manos?

    Abrazos,
    Montse.

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