martes, 24 de febrero de 2015

TEMPERAMENTO

Un estudiante se quejaba en cierta ocasión ante Bankei:
- Maestro, tengo muy mal temperamento. ¿Cómo podría controlarlo?
- Tienes algo muy raro –replicó Bankei. Déjame verlo.
- No puedo enseñarlo en este momento –dijo el otro.
- ¿Cuándo podrás hacerlo? –preguntó Bankei.
- Surge de improviso –contestó el estudiante.
Entonces –concluyó el maestro- no debe ser tu propia naturaleza. Si lo fuera, podrías enseñármelo cuando quieras. No lo llevabas contigo cuando naciste, y tus padres no te lo dieron. Piensa en ello.

 
Imagen de Rosa Basurto

1 comentario:

  1. WOW! Es cierto. Qué pena ir dejando tanta inocencia. Me enseñaron a rezar (que no orar) para las noches de mi primera infancia. Eran rezos al irse a dormir... cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me acompañan, que me dicen...Montse, duerme y reposa, no tengas miedo de ninguna cosa... o Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me dejes sola, que me perdería. Y venia el sueño, la calma, la paz... Ahora se podría decir que preciso de otros rituales para lograr un descanso reparador, pero sobretodo me dejo llevar hacia el sueño.

    Abrazos,
    Montse.

    ResponderEliminar